Un año tras el apagón

Sonrisas.

Nos volvimos más unidos a la par que nos encerrábamos en casa. Parecía que el mundo se apagaba; yo quiero creer que el mundo renacía. Renacía la solidaridad, el humor, la integridad de un país disgregado por la política. Nos conformábamos con ver a esa persona a través de una pantalla y juro que sonreíamos.

Olor a lejía.

Se lava las manos, va a ver cómo está su madre hoy. No presenta cambios, sigue con la expresión perdida. Vuelve a la entrada, friega con lejía, coge un paño y lo empapa con agua y lejía. Desinfecta la casa. Se vuelve a lavar las manos. Las tiene doloridas, agrietadas, casi ha perdido los relieves de sus cálidas manos. No le importa, debe proteger y cuidar a su madre.

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