Hola Alex, hoy vamos a hablar de libros. Ya te he animado en otras ocasiones a que leas mucho y cultives tu mente todo lo que puedas, pero hoy te voy a hablar del día del libro.
En España, el 23 de abril se celebra el día del libro, y desde hace varios años tu abuelo y su amigo Javier se encargan junto a la directora de la biblioteca de planificar el evento. Aunque te parezca increíble, en la Universidad no se hace mucho énfasis en que el alumnado, durante sus años de estudiante, se aficione a la lectura. Tras muchos años de fracaso, alguno con sabotaje incluido, hemos conseguido que el equipo de gobierno de la facultad haga suyo el acto y llevamos dos años en que el decano preside y participa. Como dice Javier, eso ya se queda. Deber cumplido.
Este año, se le ha ocurrido a tu abuelo y a Javier le ha parecido bien, el hacer un concurso entre los alumnos que se llame “recétame un libro”. El martes lo hablare con la jefa de la biblioteca para cerrar el trato. Tenemos que cuidar el rito y buscar un formato de receta antigua, en el que figue el nombre del médico que realiza la prescripción, el nombre de la persona o personas a las que se le expende la receta, el nombre del libro y la razón por la que se indica. Con todas las recetas, intentamos hacer una encuadernación barata y lo tenemos como recuerdo. La idea es guay. Menos mal que la cabeza funciona mejor que la pierna izquierda. Para entrenarme te voy a recetar un libro.
El libro que te receto es el Quijote y te voy a explicar porque es tan importante. Lo escribió un infante de marina que luchó en Lepanto y que se llamaba Cervantes. Los compañeros de cuerpo merecen un respeto. Es además un libro tan importante que lo conoce en el mundo mucha más gente que a su autor. Y además don Quijote es uno de los símbolos nacionales, del cual todos tenemos un poco. El héroe, como Platero o el Principito, es capaz de mirar la realidad con otros ojos, y ya verás Alex que en el mundo en que vivirás, hay que aprender a ver más allá de los sentidos. En las aventuras que narra el libro, casi todas acaban con derrota, siempre se ven las posturas diferentes de don Quijote y su fiel escudero Sancho, y ya verás que en tu vida ante cualquier circunstancia es posible tenerlas dos posturas, la sensata y la soñadora, y aunque el sentido pragmático te dicte la sensatez, un poco de locura te dará mucha felicidad a ti y a los que te rodean. Aunque camines como Sancho, guarda siempre en tu desván la armadura y la espada, nunca se sabe cuando hará falta sacarla para “desfacer algún entuerto”.
Al final del libro y gracias a sus amigos el hidalgo se cura de su locura y eso te da mucha pena. Aunque te suene raro, el final es amargo, porque el paciente recupera la razón. Tu abuelo y su amigo Javier no la han recuperado del todo.