Durante el pasado mes de noviembre, la tripulación al completo rindió sentido homenaje al Segundo del Comandante del navío Flor de Caña.
Durante unos minutos, reunida la tripulación en cubierta, recibió de manos del Comandante y del Alférez de Navío una réplica de nuestro navío. Emocionado y discreto, agradeció a toda la tripulación el gesto.
Se ha reconocido su buen hacer durante esta larga travesía, donde su entusiasmo y buen hacer ayudó a que ni la mala mar ni los avatares de la singladura hicieran mella en la tripulación.
A continuación, recogemos el escrito de respuesta que nuestro Segundo dedicó a la tripulación.
Navegando-
En algún puerto del Mediterráneo.
04.11.2021.
JPF. Segundo del Comandante
Tras la lectura de las ordenes del día, el comandante, ante toda la tripulación libre de servicio formada en cubierta, me llamó por mi rango y me pidió dar un paso al frente. Enumeró las razones por que lo hacía y me impuso la condecoración por los servicios prestados durante la fase oscura de la pandemia.
Una condecoración no esperada y, bajo mi punto de vista, inmerecida o que, al menos, debiese haber sido compartida con todos y cada uno de los tripulantes del “Flor” y por la propia nave que nos lleva. La razón es sencilla y palmaria: yo no he hecho otra cosa que cumplir con lo que se esperaba de mí, igual que vosotros, y lo único que me diferencia es que, con absoluta libertad, lo he puesto por escrito y os lo he dado a conocer. En resumen: consideraos tan condecorados como yo y sabed que cada vez que contemplo la reproducción del “Flor” con la que me obsequiasteis os contemplo y admiro a todos y cada uno de vosotros. Gracias siempre.
Cuando escribo la fecha up supra caigo en la cuenta de que llevo tiempo sin poner, negro sobre blanco, lo que pasa por mi cabeza. Y que hay personas en la tripulación que no han aparecido, todavía, en el cuaderno de bitácora del “Flor de Caña”. Y ya es hora de que lo hagan.
En primer lugar quiero hacer mención de las gentes del zulo. Según la RAE, en su única acepción canónica, “zulo” es aquel lugar oculto y cerrado dispuesto para esconder ilegalmente cosas o personas secuestradas. Lo clava.
El zulo del “Flor” apareció un día, de la noche a la mañana donde antes no había nada, y sigue sin haber nada, como el andén 9.3/4 de la estación de King`s Cross londinense, desde el que sale el Hogwarts Express, de las novelas de Harry Potter; solo son capaces de encontrarlo las personas que creen en ello.
Tras una puerta sempiternamente cerrada y sin nada que lo identifique, si llamas y te abren, descubrirás un mundo brillante y luminoso, calentito siempre, donde una alegre caterva de jovencísima chiquillería científica se encuentra siempre trabajando, sea la hora que sea. Me consta que los pediatras somos muy bien recibidos. Y si les llevas comida, casi cualquier clase de viandas, más. Aquí, queridos, llagados de las cuatro partes del mundo conocido, y algún extraterrestre que me consta – léase Elvira – se cultiva el futuro de la oficialidad del “Flor”. Cuidadlos, que ellos os cuidaran.
Otra persona de la que todavía no he hecho mención en este cuaderno es la suboficial de encriptamiento. Su pasado es casi secreto, aunque parece que en algún tiempo de su anterior vida estuvo en Bletchley descifrando Enigma. En el momento actual responde al nombre de Eva y es digna sustituta de Raquel, a la que nunca olvidamos y que, mal que le pese, sigue inscrita en nuestro rol. Como ella, mantiene una especial y misteriosa complicidad con nuestro segundo, por razones difíciles de entender para el resto de la tripulación; básicamente por el hecho de que Eva es una persona tremendamente competente y resolutiva y nuestro segundo … es nuestro segundo. Eva es inasible e inasequible al desaliento e inmune a todo tipo de soborno. Cuidado con ella.